jueves, diciembre 08, 2005

hazme hueco!


Ella se sentía sola últimamente. La vida se había vuelto terriblemente monótona, de casa al trabajo y del trabajo a casa, una vez a la semana quedar con un par de amigos, y poco más. Vivir lejos de donde había crecido era más duro de lo que en un principio podía parecer. Sobre todo, ahora que se acercaba la navidad. Caminaba por las calles y veía todo tan iluminado, con los restos de nieve acumulados en los bordes de las aceras, belenes adornando los escaparates...y todo le recordaba a tiempos pasados. Solía caminar con la cabeza agachada, metida hasta la nariz en su bufanda, de modo que nadie pudiera adivinar en que pensaba. Estaba planeando un viaje para ver a su familia en navidad, pero nada le hacía ilusión. La emoción que la embargaba cuando era pequeña por estas fechas poco tenía que ver con los sentimientos que rondaban su interior. No le gustaba sentirse sola, así que cada día se tomaba un café con leche (templado, con sacarina) en la cafetería que hacía esquina en el edificio donde vivía.
Era un día frío de diciembre, y como cualquier otro se quitó los guantes al entrar, mientras se frotaba las manos. En la barra estaba el chico que la atendía siempre. Le puso el café sin preguntar siquiera, ofreciéndole tan solo una sonrisa cálida. Ella se sentó en una mesa, y mientras removía el café, pensó en su vida, en las miles de vidas que le rodeaban, en la del camarero que cada día la veía entrar y salir con ojos tristes, y que, aunque ella no lo supiera, deseaba sin saber cómo hacerla feliz. Penso en él, e imaginó...posibles situaciones, acontecimientos que seguro que no pasarían, pero, por qué no...
Subió a casa y sin quitarse ni siquiera las botas, cogio papel y lápiz. Escribió lo primero que paso por su mente: "hazme un hueco en tu vida". Lo dobló cuidadosamente y lo guardó en el bolso.
Al día siguiente, tras salir de trabajar y antes de ir a tomar su café habitual, se detuvo en un gran centro comercial donde varios niños hacían cola para hablar con papa noel. En una esquina, había una caja con un cartel que rezaba "buzon de cartas para los reyes magos". Sin pensarlo dos veces, sacó el papel y lo depositó con disimulo. "¿Por qué no?, es navidad" pensó con una sonrisa en los labios. Por un momento, volvió a sentir la emoción que la llenaba de niña.

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