Estaba mirando a través de la ventana, con aquellas persianas de médico de cabecera, cuando me dijo por detrás:
- ¿Qué miras, la calle desde nuestra cárcel?
Como un pájaro en su jaula, pensé.
- como un pájaro en una jaula- me dijo ella- pero es mejor que ni lo pienses, total, ahí fuera no hay mucho más.
La calle estaba oscura. Ya era tarde, y la temperatura exterior seguramente no superaba los cero grados. Y sin embargo, necesitaba salir. Para mi, ahí fuera estaba todo.
- ¿Qué miras, la calle desde nuestra cárcel?
Como un pájaro en su jaula, pensé.
- como un pájaro en una jaula- me dijo ella- pero es mejor que ni lo pienses, total, ahí fuera no hay mucho más.
La calle estaba oscura. Ya era tarde, y la temperatura exterior seguramente no superaba los cero grados. Y sin embargo, necesitaba salir. Para mi, ahí fuera estaba todo.
2 comentarios:
sigo atrapada en la carcel de mi trabajo. prometo no abandonaros
¿Cuántas cárceles tenemos a diario? hoy mi carcel es una cistitis, mañana no lo sé.
Saludos
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